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Desde que existe una industria musical se ha producido el fenómeno de los One Hit Wonder (“maravillas de un solo éxito”): artistas que de repente alcanzan el estrellato masivo con una canción concreta, sonando en todas partes y a todas horas… pero que por algún motivo no consiguen repetir ese triunfo y acaban volviendo a un estatus más modesto tan rápidamente como habían ascendido a lo más alto. El término no es peyorativo, en absoluto: de hecho algunas veces se trata de grandes músicos que conectan con el gran público una vez en su carrera y que hubiesen merecido tener más éxitos, pero la casualidad o la incomprensión del público se lo han impedido. Aunque también es cierto que abundan aún más los músicos que no pasan de aceptables pero que dan en la diana con una canción. O sencillamente los artistas mediocres —incluso algunos directamente nefastos— que de repente le caen en gracia a los medios y al público con algún estribillo pegadizo o un videoclip entretenido.
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