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Donald Trump cruzó este martes una de esas fronteras invisibles que rodean a una acusación abusos sexuales: se burló de la presunta víctima. El presidente de Estados Unidos se refirió la noche de este martes en un mitin en Misisipi a la mujer que acusa a Brett Kavanaugh, el juez conservador al que ha nominado para ser miembro vitalicio del Tribunal Supremo, sembrando dudas sobre la veracidad de su relato: “Bebí una cerveza. Bueno, cree que fue... ¡No! Fue una cerveza. Bueno, ¿y cómo volvió a casa? No me acuerdo. ¿Cómo llegó allí? No me acuerdo. ¿Dónde estaba el sitio? No me acuerdo", dijo el republicano al público, parodiando un interrogatorio con el fin de poner en cuestión que la mujer recuerde lo que bebió pero no otros detalles.
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